Salmo 23 y salmo 46

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SALMO 23

Jehová es mi pastor

  1. Jehová es mi pastor; nada me faltará.
  2. En lugares de delicados pastos me hará descansar; Junto a aguas de reposo me pastoreará.
  3. Confortará mi alma; Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre.
    4. Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; Tu vara y tu cayado me infundirán aliento.
    5. Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores; Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando.
    6. Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, Y en la casa de Jehová moraré por largos días.

EXPLICACIÓN DEL SALMO 23

El Salmo 23 probablemente es el salmo más amado y conocido de todos. Universalmente se le conoce como el Salmo del Pastor. Es el deleite de la niñez y el consuelo de la vejez.

Se le ha llamado "La Perla de los Salmos", "El Sinsonte de los Salmos", "El Canto del Pastor acerca de su Pastor", etc. San Agustín dijo que era el salmo de los mártires. Sin lugar a dudas, se han escrito más libros y artículos sobre este salmo, y ha servido de inspiración a más poemas e himnos, que ningún otro salmo. Contiene un mensaje para todas las edades.

Pero este salmo es algo más que simplemente el Salmo del Pastor. No sólo pinta el cuadro de un pastor tierno y amante que guía a su rebaño a yacer en "lugares de delicados pastos" y a refrescarse "junto a aguas de reposo", y que lo protege de los peligros del desierto, sino que támbién pinta a un Anfitrión bondadoso que provee una superabundancia de alimento y cuidado solícito para sus huéspedes. El salmo termina con una expresión de absoluta confianza en que Jehová guiará a sus hijos con amor todos los días de sus vidas y que estarán con él como sus huéspedes hasta el fin de sus días.

El poema puede dividirse en tres estrofas. Las primeras dos estrofas (los versículos 1 al 3, y el versículo 4) presentan las ideas de amor, cuidado y protección. La tercera estrofa (versículos 5 y 6) presenta la idea de un anfitrión que provee hospitalidad a sus huéspedes.

El Salmo 23 no inspira ningún tipo de nacionalismo. Su apelación es universal. Las experiencias de David como pastor en las escabrosas colinas de Judea y luego como anfitrión real de la opulenta corte oriental de la ciudad capital, lo capacitaron ampliamente para escribir una de las líricas sagradas más dulces.

SALMO 46

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  1. Dios es nuestro amparo y fortaleza, Nuestro pronto auxilio en las tribulaciones.
  2. Por tanto, no temeremos, aunque la tierra sea removida, Y se traspasen los montes al corazón del mar;
  3. Aunque bramen y se turben sus aguas, Y tiemblen los montes a causa de su braveza.  
  4. Del río sus corrientes alegran la ciudad de Dios, El santuario de las moradas del Altísimo. 
  5. Dios está en medio de ella; no será conmovida. Dios la ayudará al clarear la mañana. 
  6. Bramaron las naciones, titubearon los reinos; Dio él su voz, se derritió la tierra.
  7. Jehová de los ejércitos está con nosotros; Nuestro refugio es el Dios de Jacob.
  8. Venid, ved las obras de Jehová, Que ha puesto asolamientos en la tierra. 
  9. Que hace cesar las guerras hasta los fines de la tierra. Que quiebra el arco, corta la lanza, Y quema los carros en el fuego.
  10. Estad quietos, y conoced que yo soy Dios; Seré exaltado entre las naciones; enaltecido seré en la tierra. 
  11. Jehová de los ejércitos está con nosotros; Nuestro refugio es el Dios de Jacob. 

EXPLICACIÓN DEL SALMO 46

Este salmo ha sido designado como el Salmo de Lutero, porque este gran Reformador que acostumbraba a cantarlo en tiempo de dificultades y problemas, lo parafraseó en su himno, "Castillo Fuerte", el cual encontramos en el Himnario Adventista. Este salmo es un himno glorioso basado en el tema de que el pueblo de Dios estará seguro en medio de la agitación de las naciones. Para expresar este tema tan apropiado para los últimos días, el salmista escogió una forma de verso muy irregular de la poesía hebrea. Tres estrofas, prácticamente iguales de largo, con responsos y Selah colocados apropiadamente, presentan escenas que muestran sorprendentes contrastes de aguas rugientes, montes tambaleantes y un río apacible; naciones agitadas, y la tierra derritiéndose al oír la voz del Senor; el asolamiento de la guerra, y Dios como Soberano sobre todas las naciones. Después de la notable victoria en los días de Josafat, los israelitas cantaban este himno (véase PR, págs. 148-151). Los Salmos 46, 47 y 48 están íntimamente relacionados en pensamiento y probablemente comparten el mismo fondo. En Profetas y Reyes, pág. 150, se infiere que David es el autor del Salmo 46.

Se dice que Oliver Cromwell le pidió al pueblo que cantara este salmo, diciendo: "Este es un salmo muy raro para un cristiano. Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. Si el papado, los españoles y el diablo se vuelven contra nosotros, aún así los destruiremos en el nombre del Senor. Jehová de los ejércitos es con nosotros; nuestro refugio es el Dios de Jacob".

El Salmo 46 fue cantado en París por los revolucionarios de 1847; en India por los apremiantes británicos en la rebelión de Sepoy. Quizá este salmo sea también el himno que el pueblo de Dios entone cuando afronte los amenazantes peligros de los últimos días.

Compare este Salmo con el himno, "Salvo en los Tiernos Brazos", que encontramos en el Himnario Adventista.